También conocida como masilla de relleno, este producto es imprescindible para darle a las paredes el acabado perfecto antes de pintar.
Si estamos pensando en pintar nuestra casa o queremos mejorar el aislamiento de puertas y ventanas, hay un producto que siempre nos hará falta. Lo emplean profesionales y aficionados al bricolaje por igual, y es el mejor modo de preparar las superficies para darles la mejor apariencia posible. Nos referimos a la masilla para paredes, también conocida como masilla de relleno, pasta rellenadora, etc.
Qué es la masilla para pared
Como su propio nombre indica, se trata de un producto que se aplica en la pared con el fin de reparar agujeros, grietas y desperfectos que pueden aparecer debido a vibraciones, golpes o cambios de temperatura. Su textura es similar a la de una pasta espesa, como puede ser el yeso o la escayola fresca.
Existen diferentes tipos de masilla, que se emplean dependiendo de la superficie que se quiera reparar. Una vez que se ha secado, la superficie se puede lijar y pintar, dejando como resultado un soporte liso, sin agujeros ni grietas.
Cómo se presenta la masilla para paredes
Podemos encontrar la masilla en dos formatos, uno listo para usar y otro que requiere preparación. El primero es el más recomendado para realizar pequeñas reparaciones caseras, en las que basta con abrir el envase y empezar a utilizar la masilla donde haga falta. El formato en polvo necesita que se añada agua para preparar la masilla, y suele ser el que utilizan los profesionales, especialmente en grandes reformas y para poder aprovechar mejor el producto que no se usa en el momento. Requiere más trabajo porque hay que darle la textura adecuada, aunque es muy práctico a la hora de almacenar durante tiempo.
Aplicación de la masilla
Una vez que se tiene la masilla lista, utilizarla es muy sencillo. Lo primero que hay que hacer es asegurarse de que las superficies están limpias y libres de elementos que pueden afectar la fijación. Si se nota que hay pintura suelta, lo mejor es rasparla para eliminar todo lo que se pueda desprender.
Con el fin de proteger alguna superficie cercana, como puede ser el marcos de una puerta o una ventana, colocaremos cinta de carrocero en el borde si es necesario. Algunas masillas también necesitan que la pared esté humedecida para que se fije mejor.
Con la ayuda de una espátula cogemos un poco de masilla y la extendemos bien por la zona a reparar, haciendo un poco de presión para que penetre en los agujeros o grietas que queremos rellenar. Dejamos secar y si vemos que hace falta, pasamos una lija fina para unificar la superficie.
Una vez que está todo bien, podemos proceder a pintar si es necesario. También podemos dejarlo así en caso de que la pared sea blanca y no se note un cambio de color.
Dónde comprar masilla para paredes
En realidad, la masilla es un producto que se puede encontrar fácilmente en tiendas de decoración y bricolaje. Aunque es importante que te asegures bien a la hora de comprar masilla para paredes. Hazlo en establecimientos que te ofrezcan garantías y dispongan de un amplio surtido de productos diferentes. Así podrás escoger la masilla que más te conviene en función de la superficie que quieras reparar y los trabajos que necesites hacer.
La masilla para paredes es un producto muy útil y versátil, con el que puedes solucionar desperfectos que van desde un clavo puesto en mal lugar hasta grietas importantes. Solo necesitas elegir la masilla adecuada y aplicarla con cuidado.