Las alfombras son unos de los complementos más decorativos y funcionales que puede haber en el hogar. La diversidad de modelos, formas, estampados y texturas, las convierte en un accesorio versátil y fácilmente adaptable a cualquier estilo de diseño. Sin embargo, hay que tener en cuenta una serie de factores para elegir la correcta para cada espacio.
Considera el uso del espacio donde colocarás la alfombra
Al tener claro el presupuesto disponible para instalar una alfombra, debes considerar el uso que le darás, ya que no será lo mismo comprar una alfombra para el salón, que instalar una en un dormitorio. Si vas a instalar una alfombra en una habitación familiar donde los niños acabarán jugando en el suelo, las alfombras de felpa pueden ser una gran opción.
Sin embargo, si vas a instalar una alfombra en una oficina y necesitas algo que no muestre fácilmente las huellas de los muebles, ni interfiera con la silla de oficina, una de pelo bajo será la mejor alternativa.
Presta atención al efecto que deseas que se perciba en el suelo
Las alfombras de los estilos más modernos vienen en muchos colores y texturas diferentes, que pueden influir de forma drástica en el aspecto y en la sensación del hogar. Piensa en lo que quieres que proyecte una alfombra en cada área, si buscas una forma de acentuar los muebles y ocultar la suciedad o los residuos entre las limpiezas, una alfombra con textura lo hará posible. Si quieres que las habitaciones más pequeñas parezcan grandes, la instalación de colores claros abrirá el espacio y generará la sensación que deseas.
El tipo de textura y el color que elijas para tu alfombra tendrá un impacto directo en el resto de la decoración de la habitación.
Los requisitos de mantenimiento son esenciales
Aunque son varios los factores a considerar a la hora de elegir uno u otro estilo, uno de los más trascendentes es la limpieza de alfombras. Todas requieren de un proceso mínimo para que se mantengan en el mejor estado por el mayor tiempo posible, conservando su textura, color y aspecto en general.
Su limpieza periódica es necesaria para evitar suciedad, polvo, ácaros y demás gérmenes. No obstante, dependiendo del tipo, los colores y la textura, necesitarán más o menos frecuencia de mantenimiento.
Una recomendación general será informarse con detalle de los requisitos de mantenimiento de cada tipo de alfombra. Recuerda que las que son de pelo alto se aplastan más a menudo y necesitan una limpieza que bien se consigue pasando una aspiradora, por lo menos una vez a la semana. Las de pelo bajo no se aplastan con la misma facilidad y no requieren un mantenimiento frecuente.
En otros casos, lo más conveniente será contratar empresas de limpieza y mantenimiento profesionales, quienes se encargarán de devolverle la vivacidad a sus colores, aclarar manchas que suelen presentarse en este tipo de superficies y eliminar toda la suciedad acumulada.
No olvides la textura y el acolchado
Aun tratándose de la alfombra de mayor calidad, esta no se sentirá cómoda bajo tus pies sin un buen acolchado. Lo creas o no, muchas personas tratan de prescindir del acolchado o invierten en materiales de baja calidad en un intento de ahorrar dinero. Aunque esto en cierto modo funcione, lo más probable es que termines arrepentido de la elección, por eso lo mejor será invertir en un acolchado de buen espesor que permita disfrutar al máximo de una buena alfombra.
Revisa los procesos de instalación
Si has decidido instalar alfombras en toda una habitación, será obligatorio contratar instaladores profesionales para garantizar la calidad de un buen trabajo. Empresas con la mejor experiencia, que se ajusten a las necesidades de sus clientes, para que estos queden satisfechos al 100 por cien.
Por otro lado, será oportuno revisar las garantías del producto, lo que te permitirá disfrutar de una alfombra lo suficientemente resistente, cómoda y de gran estética, por mucho tiempo.