Una segunda residencia es un segundo hogar en un lugar relajado y tranquilo, lejos de grandes ciudades y cerca de la naturaleza. Es ese apartamento en la playa, es esa casita en un pueblo, es ese espacio de refugio donde estamos deseando ir a pasar el fin de semana, la Semana Santa o las vacaciones de verano.
Sin embargo, es una casa en la que pasamos poco tiempo y que, la mayor parte del tiempo, está desocupada, así que debemos tener en cuenta varios factores para que su mantenmiento y cuidado no nos suponga un gran esfuerzo ni un gran gasto. Hoy nos vamos a centrar en daros consejos sobre cómo reducir el consumo energético de una segunda residencia para que no sea un derroche continuo y no perjudique a la economía familiar.
Aislamiento adecuado
Como hemos mencionado, normalmente las segundas residencias son casas que, o bien se construyen desde cero y poco a poco, o bien se compran para reformarlas como un proyecto de media-larga duración. Es esencial que en este proceso de construcción o de reforma se realice un aislamiento adecuado, ya que va a ser lo que más reduzca el consumo energético, tanto de calefacción, como de aire acondicionado. De hecho, si está muy bien aislada la casa, quizás ni necesite este último.
Pensad, entonces, en colocar paneles aislantes en paredes y en el techo, así como ventanas de doble panel o ventanas de PVC, sellado de puertas y ventanas y otras medidas que permitan mantener una temperatura estable.
Termostatos programables
Cuando se trata de una casa desocupada por largos periodos de tiempo, es muy común que sea un espacio cerrado en donde hace mucho frío en invierno y mucho calor en verano y, nada más llegar, tenéis que realizar acciones radicales como poner la calefacción o el aire acondicionado a tope y sufrir un rato hasta que la casa alcanza una temperatura habitable.
La solución para esto es contar con termostatos programables, ya sea para la calefacción o para el aire acondicionado. De este modo, podéis programarlos para que la casa se vaya enfriando o calentando paulatinamente un día o unas horas antes de que lleguéis, lo cual supondrá un alivio y un consumo de energía más eficiente. Si no cuentas con termostatos, también puedes comprar enchufes inteligentes (eso sí, tienen que estar conectados a una red Wi-Fi) y conectarlos con Google Home para encender ventiladores o radiadores a distancia.
Desconectar los electrodomésticos
Es por casi todos sabido que los electrodomésticos siguen consumiendo energía cuando están en modo stand by o modo de espera. Así pues, es indispensable que desconectéis todos los electrodomésticos y todos los aparatos eléctricos cuando no estéis o cuando sepáis que vais a pasar mucho tiempo sin ir. Estamos hablando de televisores, neveras o cualquier aparato conectado a la red eléctrica. Veréis cómo con algo tan simple se reduce mucho el consumo.
Instalación de bombillas eficientes
Esto es, sin duda, una de las principales decisiones. Seguramente ya sabréis que las bombillas LED consumen mucho menos que las tradicionales, pero eso no es todo, porque la potencia también cuenta y poner bombillas más potentes de lo necesario, hace que el gasto suba. Tened en cuenta de que la intensidad para la cocina, baño es de 15 a 20W por m² y, en el caso de los pasillos y dormitorios, así como de salas de estar íntimas y relajantes, es de de 10 a 15W.
Simpelmente con estas 4 medidas vais a ver que el consumo de energía de una segunda residencia se va a reducir bastante, aunque también hay otras medidas, como potenciar la luz natural o incluso instalar mecanismos de geotermia y paneles solares, aunque sabemos que ello supone una inversión bastante notable. Sea como sea, la clave es que vuestra familia pueda disfrutar del apartamento o casa y que la economía familiar nos e vea resentida. ¡Esperamos que lo consigáis!