Hasta el próximo 21 de junio, que cae en sábado, podremos disfrutar de una primavera que, según la AEMET, promete ser más cálida este año. Con la llegada del buen tiempo, apetece disfrutar del aire libre en compañía de la familia y los amigos. Quizás por el clima, que invita a ello, los españoles sacamos hueco (más que los ciudadanos de otros países) para socializar. De los encuestados por Statista, después de Alemania, España es el país que más se preocupa por relacionarse. Aunque salir a comer fuera de casa es una de las principales excusas para ponerse al día con los allegados —EFE:Agro afirma que 7 de cada 10 ciudadanos van tanto o más que el año pasado a restaurantes—, lo cierto es que, como en casa, en ningún sitio.

Quienes, además, disponen de terraza, jardín o patio lo tienen aún más fácil. Las estructuras modulares que, como las pérgolas y los cenadores baratos de Brico-Valera, se instalan hoy día en un periquete no sólo decoran el espacio, sino que también resguardan del sol. Estas dos ideas, que ahora explicaremos con más detalle, proporcionan un lugar de sombra que permite disfrutar del exterior y del fresquito primaveral sin la molestia de los rayos UV.

Jardín cenador

¿Pérgola o cenador? ¿No son lo mismo?

El diccionario de la RAE nos trae dos definiciones estupendas que, rápidamente, nos aclaran la diferencia entre pérgolas y cenadores, porque no son lo mismo. Mientras que las primeras son vigas y columnas que, a modo de techo, cubren un área concreta —normalmente, rectangular—, los cenadores son espacios cercados; están menos abiertos que las pérgolas —algunos modelos incorporan en su diseño unas cortinas laterales que, una vez corridas, impiden la entrada de insectos al interior— y físicamente son más similares a una carpa para jardín.

Un mecanismo distinto para resguardar del sol

En cuanto a la estructura, las pérgolas cuentan con un techo completamente plano que difiere bastante del techo cónico de los cenadores. Lo habitual es que dispongan de un toldo retráctil (fabricado en tela de poliéster) que puede recogerse o extenderse según se desee, para proporcionar más o menos sombra. Este juego resulta muy útil cuando el espacio que cubre la pérgola ha sido decorado con plantas, rodeando la mesa y las sillas de terraza o jardín.De esta manera, y a diferencia de los cenadores, podemos ubicar en el entorno, envolviendo a los comensales, macetas con toda clase de flores que, en los momentos en que nos ausentemos y no necesitemos sombra, recibirán la luz solar que necesitan para lucir bien lozanas. Además, los modelos como el n.º 392708 de Brico-Valera tienen un sistema de lamas giratorias que permite regular todavía más la entrada de luz, para cuando se quiere disfrutar del sol sin caer en la penumbra, pero tampoco, en el exceso

Pérgola cubierta enredadera

Al contrario que las pérgolas, el cenador de jardín no dispone de un techo retráctil. Los modelos más sofisticados, que también son los más elegantes (desde nuestro punto de vista), cuentan con un doble techo fijo, mosquiteras y una forma hexagonal con arcos en su parte superior. Las arcadas dan sensación de amplitud y elevan el techo, para que éste quede bien alto. Los hay disponibles en varios colores: blanco, gris, naranja… Consideramos que el beige/crema es el tono ideal. Al ser un color neutro, aporta la serenidad que uno busca cuando pretende instalarse a la sombra en el jardín, sin robarle protagonismo a la vegetación del entorno.

cenador hexagonal

Pérgolas y cenadores para espacios reducidos

Según el uso y el espacio disponible, puede ser mejor instalar una pérgola o un cenador y, dentro de ambas categorías, apostar por aquellos modelos cuyas dimensiones encajan mejor en la estancia. Si el espacio es reducido (por ejemplo: un patio modesto o el jardincito trasero de una casa pequeña), se puede instalar una pérgola 3×3 o una estructura modular como la nº. 885467 de Brico-Valera. Esta pérgola es perfecta para colocar, al resguardo de su toldo, un sofá bajo de dos o tres plazas, con una mesa también baja y alargada, y sentarse para disfrutar de un aperitivo o de un buen libro.Además, combina la estructura típica de la pérgola con la funcionalidad de un cenador: el toldo se desliza por los laterales para ubicarlo a diferentes alturas (en un lado más bajo que en el otro) o para colocarlo al mismo nivel. Al deslizar el toldo más de un lado que del otro, conforme el sol cambia de posición a lo largo del día, la pérgola permite disfrutar del jardín durante más tiempo.Si, por el contrario, el espacio disponible es mayor y se pretende invitar a la familia con frecuencia para comer todos juntos, es preferible abogar por una pérgola 4×3 o un cenador alargado de estas mismas medidas. En ambos casos, hay espacio para 6 personas perfectamente. Se recomienda combinar el mobiliario con el color de la estructura y la lona. Los tonos cremas con los grises y los marrones combinan muy bien.

Cenador con cortinas, para resguardarse del frío nocturno

Nadie invitó a los mosquitos al banquete

En el caso del cenador de jardín 4×3 color crema (n.º de referencia: 898688), se incluyen mosquiteras laterales y un doble techo de poliéster con revestimiento de poliacrilato (PA). El PA mejora la resistencia de la tela al agua—ya sabemos que, incluso, en verano, hay tormentas y episodios de lluvia con sol (todo a la vez)— y también la protege del sol. En el modelo que mencionamos, el marco es de acero (en otras ocasiones, se utilizan aleaciones de aluminio).

Los cenadores ofrecen una ventaja notable con respecto a las pérgolas: la posibilidad de correr las cortinas proporciona más privacidad, algo ideal en jardines y terrazas muy expuestas a la vista, con muros bajos o pertenecientes a casas adosadas. Además, las cortinas de tela de malla evitan que los mosquitos, tan comunes en esta época del año y en verano, accedan al interior del cenador, como si fueran unos invitados más en las reuniones entre parientes y amigos.